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Walter Benajmin. La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica.

Un texto insoslayable para comprender la incidencia del cine en la cultura contemporánea, hablamos aquí de la cultura del siglo XX también, es La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, de Walter Benajmin. En este ensayo Benjamin analiza la incidencia de la aparición de los métodos de reproducción técnica, como el offset de imprenta y la copia fotográfica y cinematográfica en relación a la cultura del original en la obra de arte. El explora desde las nuevas condiciones económicas de producción cultural, el efecto social que estas nuevas tecnologías conllevan en relación a la pérdida del “aura” presente en la obra de arte única e irrepetible.

El “aura” sería la manifestación de una lejanía por más cercano a la obra que uno pueda estar. Esta lejanía tendría que ver con la condición de pieza única hecha en un tiempo determinado por un autor, y la obra tendría así en su contemplación un valor ritual. Según Benjamin: la definción de aura sería «la manifestación irrepetible de una lejanía (por cercana que pueda estar) » no representa otra cosa que la formulación del valor cultual de la obra artística en categorías de percepción espacial –temporal.

Tanto la fotografía, como el periódico, el libro impreso pero fundamentalmente el cine, contradicen esta idea de unicidad: Un film puede verse en varias ciudades al mismo tiempo, está en su naturaleza ser reproducido y está dirigido a un público de masas.

La forma que la audiencia recibe o recepciona el cine para Benjamin es la de la categoría de *apercepción.* Un término de la psicología experimental (Wundt) que define una percepción caótica contaminada en su cualidad de experiencia sonora y visual.

Tenemos que entender el fenómeno del cine en el contexto de las industrias culturales, que serán estudiadas también en la época por los filósofos de la Escuela de Frankfurt como el caso de Theodore Adorno.

Para Benjamin “acercar espacial y humanamente las cosas es una aspiració de las masas actuales”.

En cuanto a las condiciones económica de producción: para 1927 se calculaba que una película de largometraje, para ser rentable, tenía que reunir un público de nueve millones de personas.

Esta nueva forma de entender las manifestaciones artísticas dentro de las nuevas “industrias culturales” es lo que define el pensamiento de los teóricos de la escuela de Frankfurt.

En el ensayo Bejamin estudia también cómo el cine sonoro trajo un momento de retroceso por las nuevas impsiciones de una frontera lingüística, luego solucionado con los doblajes, las películas habladas finalmente consiguieron la aparición de capitales nuevos en la industria eléctrica. Es importante entender que Benjamin está hablando especialmente de su experiencia en la cultura de masas europea, y no tiene presente el cine de masas tal cómo lo comprendemos actualmente, sinó el cine en sus primeras manifestaciones, el texto data de 1936.

Con respecto al cine dice: *le importa menos que el actor represente ante el público un personaje; lo que le importa es que se represente a sí mismo ante el mecanismo.*

Luego se dedica a estudiar el extrañamiento del actor frente al mecanismo cinematográfico siguiendo a Pirandello, describe esta sensación como la del hombre ante su aparición en el espejo. Pero en este caso esa imagen del espejo puede despegarse de él, y se ha vuelto transportable. ¿Y hacia dónde se la transporta? Ante el público. También estudia la atrofia del aura en el cine como respuesta a una construcción artificial de la personality fuera de los estudios; el culto a las «estrellas», fomentado por el capital cinematográfico. Y pone en evidencia su carácter de mercancía. Esto es lo que puede adjudicar al cine un mérito en torno a la crítica que hemos heredado sobre el arte, ya que distingue ahora su valor social, como consumo cultural, en el mecanismo de una industria de la cultura.

Las condiciones de recepción de lo audiovisual, a lo que se dedica en el cierre de su ensayo son entonces las de un público disperso, como el caminante en una ciudad. El cine es instrumento de esta apercepción y corresponde a esa forma receptiva por su efecto de choque.

Benjamin habla de que se reprime en el cine el valor cultual (el ritual, de culto) porque pone al público en situación de experto. El público es un ahora un examinador, pero un examinador que se dispersa.

Actividades:

  • Sitúa en la época histórica el ensayo de Benjamin y la Escuela De Frankfurt.
  • ¿Cómo definirías a las industrias culturales?
  • ¿Qué films o autores puede haber visto Benjamin al hablar de su experiencia en el cine?
  • ¿Cómo definrías “apercepción”?
  • Reflexiona sobre las condiciones de reproducción en relación a tu cultura actual y las nuevas tecnologías de la comunicación y la información.

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